Después de la ducha estaba más tranquila y no tenía ganas de ir al colegio, así que decidí ir al trabajo de tía Kate para perguntarle de donde sacó el libro y contarle mi pesadilla. Me puse unos jeans gastados y como no hacía tanto frío afuera me puse un mangas largas de color turquesa, me estaba peinando frente al espejo del baño pero de repente todo se nubló, no veía nada y no me podía mover, mi cuerpo no respondía, hasta que me veo de nuevo en el bosque y a lo lejos de nuevo a Estefan con Elena en sus brazos, él la agarraba fuertemente como si no quisiera que la toquen y ella estaba blanca como una muerta, inmóvil, dormida en los brasos de su amado, sin saber como, me acerco a ellos, cuando estaba a 2 metros de ellos, ella abre los ojos, estaban llenos de sangre y de repente vuelvo a la realidad, empezé a gritar como loca, todo era tan confuso, ya no quería estar ahí así que tome El libro, las llaves de auto ,mi cartera y salí corriendo de mi habitación, pase de largo la cocina, tenía hambre pero no podía permanecer ni un minuto más en la casa, salí por la puerta, la llaveé y corrí hacía el garage pero tropecé con una piedra y caí al suelo, no sentí el dolor por que estaba tan asustada y traté de levantarme lo más rápido posible, pero no pude por que me había mareado, intente otra vez pero de nuevo no pude, alguien me habló.
- ¿Estas bien? Pregunto un chico detrás de mí. Me gire para ver quién me hablaba. Era un chico alto, de cabello castaño claro, iba vestido con pantalones pesqueros y una camisa blanca.
- Eso creo... tengo que.. dije en forma entrecortada.
- ¿ Te ayudo? Me dijo laventandome del suelo.
- Gracias. Em... es que estaba un poco apurada. Dije mientras me miraba las manos.
- Te lastimaste? Preguntó mirando mis manos.
- Eso creo.. me raspe.. le conteste al tiempo que recogía mi cartera del piso.
- Entonces no es nada grave.. por cierto soy Daniel, vivo al lado. Dijo señalando con el dedo.
- Oh. Ya. Fernanda Guppy. Y vivo aquí. Señalé la casa.
- Eres hija de la señora Kate? Preguntó con hostilidad.
- No. Soy su sobrina, me mudé la semana antepasada. Respondí justificandome.
- Ah... Porque sería raro que ella no nos diga que tenía una hija. Dijo más tranquilidad.
- Bueno, perdon pero me tengo que ir. Hablamos luego. Le dije mientras me daba vuelta y me dirigía hacia el garage.
- Ok. Adios. Se despidió y cruzó la calle.
Me subí al auto, arranqué y me dirigí rápidamente hacia el hospital. Ya me empezaba a doler las manos, pase el colegio sin preocuparme por quien me viera, iba tan concentrada en que le iba a decir a tía sobre la pesadilla y el libro sin que ella me regañase por faltar a clases siendo mi segundo día. No prestaba tanta atención a la calle, cuando de pronto vi adelante del auto al hombre de ojos rojos de mi sueño, frené bruscamente para no atropellarle que las ruedas del auto rechinaron, salí del auto pero no había nadie, yo lo había visto, ya estaba viendo cosas que no eran, los autos de atrás me bocinaban así que subí al auto y seguí mi camino. No era posible, el hombre estaba frente a mi auto y de pronto desaparece, creo ya me estaba volviendo loca en algún sentido.
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